Última modificación
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¿Es la ciencia ficción, el futurismo, la manipulación genética o la filosofía detrás de este mundo creado por C.M. Kosemen?
Desde mi punto de vista, el enganche de esta historia va más allá de lo fantástico o grotesco de la historia.
Pienso que, si bien podría entrar en el body-horror, lo que me llama a regresar una y otra vez a la historia es la pregunta del ¿Qué sería de nosotros?
Además, debo de aceptar que tiene muchos de los elementos que personalmente me gustan: biología espacial, ciencia ficción, futurismo, filosofía.
¿De qué trata All Tomorrows?
En términos simples, es un qué pasaría con la humanidad sobreviviendo al gran filtro de destruirse a sí misma en el siglo XXI, de cómo llegan a un punto de exploración espacial avanzado.
De cómo en algún momento encuentran a una especie mucho más avanzada que nosotros llamados Qu y el mejor de los destinos es que hubiera sido extinta en ese momento.
Describe las historia de la humanidad después de este encuentro fatídico con dicha especie, cómo fue manipulada en decenas o cientos de subespecies como “castigo divino”.
El catálogo de especies
Posterior a la narración de los eventos que llevó a la humanidad a ser divididos en especies “grotescas”, un narrador es quien se encarga de mostrar un catálogo de descendientes humanos a lo largo de la galaxia y a explorar e indagar un tanto más la historia en general ya que, en realidad, todo transcurre miles de millones de años desde estos días.
La biología espacial
Justo, parte de la historia se trata de cómo pese a construir armas que podrían destruir sistemas solares completos, la humanidad no estaba preparada para librar una batalla menos “explosiva” y más estratégica.
Los Qu, cómo se llaman estos enemigos, lideran una pelea a nivel de manipulación genética donde sus miles de años de experiencia les dan la amplia ventaja de hacer con la humanidad lo que su imaginación más retorcida les permita.
A partir de ello, las modificaciones son sumamente pertenecientes al body-horror y adaptadas a entornos… complicados imaginar que la vida así es posible en la actualidad.
La filosofía detrás de All Tomorrows
No es el viaje a una posibilidad futura o el pensar cómo sobreviviríamos a algo así, la fascinante imaginación de Kosemen para crear ideas tan retorcidas de una transformación física de las personas.
Más bien, me llama la atención lo que “queda de nosotros” en todas esas especies con las que seguimos compartiendo el código genético.
La primer gran modificación se da en manos de los Qu quienes, por rencor y orgullo, distorsionan nuestra apariencia física y biológica como “castigo divino”.
La segunda se da en manos de una especie descendiente de nosotros mismos, quienes el historiador menciona fueron peores que los propios Qu.
La consciencia humana
Hay una especie a la que se le permite conservar esta conciencia de saber quiénes fuimos, pero no como un acto de bondad, sino como uno de crueldad.
Los Coloniales fueron quienes más resistieron contra los Qu, ante esta insolencia (como ellos lo habrían visto) se les permitió mantener su memoria, recuerdos y consciencia.
Fueron transformados en una especie de ladrillos que podían alimentarse de los desechos de sus creadores, cómo filtros de sus ciudades.
¿Por qué un castigo así? La crueldad no gira en lo retorcido de su transformación, sino en la añoranza de querer extinguirse por el sufrimiento con el que se vive.
¿Por qué la consciencia humana como el objetivo de ataque?
La esperanza de la sensibilidad
A lo largo del relato se mantiene esta pequeña luz al final del túnel en varias civilizaciones, se menciona específicamente la “sensibilidad” como parte del ser humano y su identidad como especie.
Parece que el camino a “regresar” a tener una pizca de humanidad o inteligencia está ligada a esta capacidad del ser humano de ser consciente de sí, pero también se sentir.
Muchas civilizaciones llegaron a desarrollar esta habilidad, sentir por un momento la prosperidad llegar a ellos.
Muchas de ellas también sucumbieron ante diferentes catástrofes “naturales” y no vieron las estrellas al alcance de sus manos de nuevo.
Me parece bello pensar que esta parte de sentirse sensible ante el entorno y tener la capacidad de maravillarse por ello forme parte de la idea de humanidad.
Hasta el momento desconozco si es una capacidad que otras especies del mundo posean en la actualidad, pero sí veo el porqué sería parte fundamental experimentar la impresión por el ambiente como parte de una civilización inteligente.
La avaricia
No podría decir que se trata de un sentimiento intrínsecamente humano, pero sí puedo argumentar que es uno muy presente en la actualidad.
La avaricia por la riqueza quizá es lo más presente hoy en día.
Esa misma “riqueza” puede entenderse en muchos otros aspectos como bienes materiales, dinero, conocimiento, etc.
En algún momento del futuro de esta historia, hubieron sobrevivientes de la humanidad qué lograron escapar de los Qu, que quedaron libres para seguir su ciclo de evolución y adaptación a su conveniencia.
Los perseguidores de ruinas fueron quienes lograron mantener el conocimiento tanto de los Quo como de la humanidad antigua.
Ellos, tras una serie de modificaciones obligatorias para sobrevivir se transformaron en máquinas qué retuvieron las peligrosas ambiciones humanas,
Hablar aquí de la avaricia humana es hablar de cómo en su forma de perseguidores fueron tan celosos de los secretos del universo que ellos conocían.
De esta avaricia de tecnología y conocimiento que los llevó a cometer crímenes aún peores que los de los propios Qu contra sus primos genéticos.
La filosofía de la vida
¿Cómo una civilización, supuestamente tan avanzada, puede perder de vista el valor de la vida misma?
Los Gravitales, las formas posteriores a los perseguidores de ruinas, son tecnología en toda su esencia, en ellos no queda nada biológico y es ahí donde podríamos comenzar a tener respuestas.
En la matanza ejecutada por los Gravitales se perdió toda pizca de interés por la vida, cualquier tipo de vida, ya ni siquiera la humana. Lo destruyeron todo cuanto pudieron y a quienes no los modificaron peor que los propios Qu.
Si bien podríamos decir que la vida no tiene un propósito cósmico en sí mismo, lo que sí se puede asegurar es de que al menos la vida sí tiene un valor por el simple hecho de ser vida.
A diferencia de los Gravitales, los Qu cometieron sus actos en nombre de un resentimiento por la modificación de la vida de como ellos la concebían y entendían, a su manera, el valor de ella.
¿Es porque los Gravitales eran máquinas lo que no les permitió tener esa perspectiva?
La historia parece plantear que sí, ¿pero qué si hay más humanidad en esos actos de lo que podría aparentar a primera vista?
En el presente, no es difícil voltear a diferentes partes y reconocer que hay personas a quienes la vida les parece nada. Hablando tanto de asesinos seriales como de ecocidas movidos por su sed de “riqueza”, claro está.
El regreso a casa
Llegados a la recta final final, el libro relata cómo a lo largo de miles de años se llega a la tierra, a este planeta donde aparentemente la humanidad nació.
Guiados por los descendientes de los Asteromorfos, la vida en la galaxia poco a poco intentó recuperarse tras la segunda gran batalla entre ellos y los Gravitales.
Miles de años después se redescubre la tierra y pasa a ser como algo que le importa a sólo un puñado de individuos.
El regreso a casa, luego de cientos de años parece ser un tanto satisfactorio, un tanto poético.
Aun cuando sólo le importa a unas pocas personas, a unos pocos posthumanos, hallarse en la cuna de su camino resulta hasta esperanzador.
Excepto, claro, porque posteriormente se conoce que todo volvió a ser un silencio en algún momento, que las civilizaciones quizá volvieron a sucumbir ante una amenaza o simplemente migraron.
El sentimiento
Al final, la misma obra ni siquiera parece plantear la idea de un final feliz en lo más mínimo.
Y no es un tanto “al contrario”, pero sí te deja con una sensación de querer que a la humanidad le hubiera ido mejor.
La exploración hacia lo que pudiera ser el futuro de la especie no es más que el reflejo de uno mismo y de lo que pensamos que podría pasarnos.
“All tomorrows” o “Todos los mañanas” juega con esta ventana sobre lo que está y lo que no en nuestro control. Nos ayuda a imaginar justamente en todas las posibilidades que podemos tener tanto en buenos finales como en los que no.
La belleza de este libro radica, en mi opinión, en cómo nos despeja un poco la mente de todos los mañanas de nuestra propia vida para trasladarnos a un mundo más seguro y manipulativo dentro de la ciencia ficción.
Es así, que la biología espacial y todo aquello qué mencioné al inicio se queda más como un aderezo de la historia qué lo complementa a la perfección.
El mensaje final del libro no es pensar tanto en el mañana, sino en el presente, aunque resulte un tanto contraintuitivo luego de la lectura.